La ciencia del sueño: por qué la seda mejora la calidad de tu descanso

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad biológica. Sin embargo, muchas veces no prestamos atención a los factores que influyen en la calidad de nuestro descanso: la luz, la temperatura, la rutina nocturna… e incluso el material de la ropa de cama.

La ciencia del sueño ha demostrado que la elección de los textiles puede afectar directamente a la forma en que conciliamos el sueño y a la profundidad de las fases reparadoras. Y aquí es donde la seda natural de morera, 22 mommes y certificada OEKO-TEX® Standard 100 marca la diferencia.

En este artículo descubrirás por qué dormir con productos de seda Onisa Coté no es solo una experiencia de lujo, sino también una decisión inteligente para tu salud y bienestar.

1. Termorregulación: la seda equilibra tu temperatura corporal

Uno de los factores más disruptivos del sueño es el calor o frío excesivo. Estudios sobre termorregulación muestran que mantener una temperatura corporal estable es clave para entrar en fases profundas del sueño.
La seda actúa como un aislante natural: fresca en verano y cálida en invierno. Dormir sobre una funda de almohada de seda ayuda a mantener ese equilibrio durante toda la noche.

2. Menos fricción, más descanso reparador

El movimiento durante la noche puede generar microdespertares, especialmente cuando la piel o el cabello sufren fricción contra tejidos ásperos.
La seda ofrece una superficie lisa que reduce la fricción, evitando marcas en la piel y minimizando el encrespamiento del cabello. Este detalle no solo mejora tu apariencia al despertar, sino que contribuye a un descanso ininterrumpido.

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3. La luz y el sueño: el poder de un antifaz de seda

La melatonina, la hormona que regula el ciclo de sueño-vigilia, depende directamente de la oscuridad. Cualquier fuente de luz puede reducir su producción y alterar tu descanso.
Un antifaz de seda para dormir bloquea la luz de manera suave y natural, ayudándote a entrar más rápido en fases profundas del sueño.

4. Seda y cuidado de la piel: ciencia y belleza unidas

La seda absorbe hasta un 43 % menos de hidratación que el algodón, lo que significa que tus sérums y cremas nocturnas permanecen en la piel y trabajan durante más tiempo.
Esto se traduce en una piel más hidratada, con menos arrugas por presión y mayor luminosidad al despertar.

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5. Un ritual de autocuidado con base científica

La seda no es solo un textil bonito: la neurociencia del sueño confirma que rituales de autocuidado (como elegir materiales agradables y de calidad) mejoran la predisposición a relajarse y dormir mejor.
Añadir productos de seda a tu dormitorio es una forma tangible de comunicarle a tu cuerpo que es hora de descansar.

Conclusión

La calidad del sueño depende de múltiples factores, pero elegir los textiles adecuados puede marcar una gran diferencia. La seda combina beneficios científicos —termorregulación, reducción de fricción, bloqueo de luz— con un valor emocional: el lujo y bienestar de cuidarte cada noche.

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